Querida sociedad, a buen seguro que todavía nos quedarán duros momentos por vivir y siempre los tendremos anclados en lo más hondo y profundo de nuestro corazón, pero, si no tuviéramos dificultades, alguien a quien conozco nos diría que la fe, la esperanza y la caridad serían una especie de centinelas dormidos, en un frente muerto.
Por ello quiero comenzar resaltando las palabras que nos dedicaba Antonio Magaz Perez, Jefe del Gobierno en 1925 que justificaba la creación de los estudios de Graduado Social con las siguientes palabras: “El pasado es historia y el futuro son sueños”.
Nuestra profesión, aunque ciertamente joven, siempre ha tenido como objetivo formar a profesionales expertos en el ámbito del empleo, las relaciones laborales y los recursos humanos. Estamos, por tanto, total y absolutamente capacitados para analizar y hacer frente a un escenario amplio de situaciones en el ámbito socio laboral, del empleo y de la gestión de personas, considerando los distintos condicionantes y factores económico-empresariales, jurídicos y socio-psicológicos que el objeto de nuestra actividad plantea. Todo ello se analiza desde una perspectiva multidisciplinar, con materias complementarias para ofrecer un abanico de competencias que nos han capacitado para desempeñar nuestra actividad profesional tanto en la esfera privada como en la pública y en el sector no lucrativo. Hemos formado verdaderos expertos que son y han sido capaces de captar y analizar la complejidad que presenta el mundo de las relaciones laborales para dar así una mejor respuesta a la difícil encomienda que nos ha tocado vivir como una parte más en esta compleja situación.
Por ello, quiero que también conozcáis, por supuesto sin desmerecer la encomiable labor de personal médico, sanitario, auxiliar, limpieza, supermercados, ejército, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, ONG, y un largo etc., que merecen nuestro más distinguido reconocimiento, a mis compañeras y compañeros Graduados Sociales, que con una labor callada, profesional, ágil, experta y competente siguen realizando jornadas cuasi maratonianas interpretando normas imprecisas , tramitando ERTES, solicitando prestaciones por desempleo, ceses de actividad, grabando altas, bajas y reducciones de jornadas, remitiendo aplazamientos, contabilizando facturas y sobre todo tranquilizando a más del 80% de las PYMES que son gestionadas por nuestros despachos, es decir, realizando funciones que son propias de la Administración. Además, si a ello le añadimos que las páginas web oficiales de las distintas Administraciones no ofrecen información (o cuando lo hacen son informaciones ciertamente sesgadas y de las que nos enteramos antes por los bulos de notas de prensa y periódicos que por los canales oficiales, cuando lo cierto es que venimos ya realizando labores de funcionarios externos) causa verdadero estupor, perplejidad y asombro, cuando SI NOS HUBIERAN CONSULTADO ANTES, la `profesionalidad de mis compañeras y compañeros hubieran dado grandes salidas a tan amargas dificultades.
Todavía quedan pendientes grandes retos que, conocedor de las capacidades de mis compañeras/os, de su esfuerzo y como no, de su corresponsabilidad con la situación que nos ha tocado vivir superarán con alta nota. Para ello tendremos que volver a retomar volviendo a sus inicios las medidas adoptadas y asumir las que nos impongan, sin que ello implique el aquietamiento y aceptación. Y digo esto por las previsiones que se vislumbran en el ámbito jurisdiccional social y que a falta de mayor concreción muestro mi más absoluta repulsa e indignación, por la pérdida de derechos e incertidumbre que en muchas cuestiones plantea.
Me siento muy orgulloso, y ahora más que nunca, de mis compañeras y compañeros Graduados Sociales que han sabido asumir su compromiso con lealtad, orgullo, profesionalidad y llevando por encima incluso de su integridad física a la profesión a sus más altas cotas de ennoblecer su lema “JUSTICIA SOCIAL “, AHORA MÁS NECESARIOS QUE NUNCA, GRADUADOS SOCIALES.
Recibe un cordial saludo.
José Ramón Barrera Hurtado
Presidente