A la renovación del convenio con el Ayuntamiento para el asesoramiento gratuito a la ciudadanía, se suman la campaña del euro solidario desde hace 12 años y el acercamiento de los valores de la Justicia en los colegios.
Ayudar a quienes más lo necesitan está en los genes del graduado social y en el ADN del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Sevilla. Este año, que el Colegio cumple 55 en la provincia, la entidad está intensificando aún más su cara solidaria con un incremento en las consultas de la Oficina Gratuita de Orientación Socio-Laboral, ampliando su área de actuación en los barrios de la ciudad y la consolidación de la labor que vienen realizando desde hace más de doce años a través de la donación del euro solidario a Cáritas y, recientemente, a la Hermandad del Dulce Nombre. Acciones que se suman a los encuentros realizados con los Colegios para promover los valores de la Justicia entre los más jóvenes.
Según explica la vicepresidenta del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Sevilla, Ana Ruiz Girona, “el acuerdo que firmamos con el Ayuntamiento de Sevilla en el año 2016 supuso la creación de la Oficina Gratuita de Orientación Sociolaboral. Fue una respuesta de nuestro Colegio y de nuestros colegiados a la crisis económica que estábamos atravesando y una apuesta que hoy tiene más fuerza que nunca”.
4.400 CONSULTAS
Desde sus inicios, la Oficina Gratuita de Orientación Sociolaboral ha atendido 4.400 consultas, tanto de desempleados, trabajadores como autónomos o empresarios. Se han respondido todo tipo de cuestiones relativas a la Seguridad Social, prestaciones, dudas sobre extranjería… “y todo se ha hecho de manera gratuita gracias a la labor de 50 compañeras y compañeros”, indica la vicepresidenta del Colegio.
El segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla Álvaro Pimentel, ha resaltado que “el Colegio de Graduados Sociales lleva 55 años velando por los intereses de sus colegiados, pero también por la sociedad sevillana y por los más desfavorecidos otorgándoles asistencia gratuita a los que no pueden pagársela”. Actualmente hay dos oficinas: en la zona norte de la ciudad a través del Centro Cívico Entreparques y en la zona sur, en el Centro Cívico Torre del Agua. “Tenemos un convenio de colaboración con el Colegio de Graduados Sociales que se cumple religiosamente por ambas partes, por lo que estamos encantados y vamos a seguir explorando muchas más vías de colaboración que beneficien a la sociedad”.
EURO SOLIDARIO
Hace 12 años, el CGS participó en una propuesta conjunta de varios colegios por la que se acordó destinar 1 euro de cada colegiado a labores solidarias. El Colegio Oficial de Graduados Sociales de Sevilla dedica una parte de su euro a ayudar a la Bolsa de Caridad de la Hermandad del Dulce Nombre, patrona de los graduados sociales, y la otra parte a Cáritas.
Enrique Machado Díaz, hermano mayor de la Hermandad del Dulce Nombre, agradece la aportación anual que le entrega el CGS a la Hermandad “porque hay muchas personas necesitadas y nos permite darles tarjetas para que compren alimentos económicos en el economato de la Fundación Casco Antiguo, además de sufragar otros gastos urgentes de quienes están en riesgo de exclusión”.
Cáritas también ayuda a muchas personas con la partida del euro solidario. El presidente en Sevilla, Miguel Carbajo, indica que la aportación del Colegio “nos permite desarrollar los múltiples proyectos en los que estamos involucrados, como atender a familias desde el punto de vista asistencial y una iniciativa que seguro le gusta mucho a los graduados sociales: ayudar a personas en riesgo de exclusión a encontrar trabajo a través de nuestro Centro de Empleo, una labor que hacemos con más de 600 personas y por la que se han generado ya 50 contratos de inserción profesional”.
ACERCAMIENTO DE LOS VALORES DE LA JUSTICIA
Por último, el CGS mira al futuro a través de la divulgación de los valores de la Justicia en las aulas y de la labor de los graduados sociales en encuentros con colegios y centros educativos. Experiencias que no se olvidan, como la charla pronunciada al hijo del periodista Francisco Correal y sus compañeros en la propia sede del CGS. Unas vivencias que el escritor trasladó a una publicación titulada “El niño que jugaba a que era juez”. Aquella experiencia que buscaba sembrar valores en los pequeños de entonces es hoy todavía recordada por los participantes, una clara señal de que se quedó en lo más profundo de cada uno de ellos.